Ocho de cada diez contratos de la Generalitat se dan a dedo sin pedir otras ofertas

By at febrero 10, 2020 | 10:03 am | Print

Ocho de cada diez contratos de la Generalitat se dan a dedo sin pedir otras ofertas

Del millar de adjudicaciones realizadas en 2018 por Presidencia, 931 se encargaron sin consultar a varias empresas registradas

El 80% de la actividad contractual de las consellerias y el sector público valenciano se mueve a través de adjudicaciones directas sin consultar más que a una empresa registrada. Puro dedazo. Durante 2018, según los datos de la memoria anual de la Junta Superior de Contratación Administrativa de ese ejercicio aprobada por el Consell recientemente, se realizaron 24.140 contratos, la cifra más alta de la historia. El brutal incremento del volumen de contratación (un 136% interanual) obedece a que una nueva ley obligado a reflejar los encargos que realiza la Administración autonómica por un montante inferior a 5.000 euros. De este modo, se ha comprobado que la gestión diaria de la Generalitat está casi totalmente ‘digitalizada’. Pero no en el sentido tecnológico del término: los contratos se encargan a dedo, a puro y duro dedo. No se atiende siquiera las clásicas recomendaciones, esas mismas que sigue cualquier ciudadano cuando va a pedir cualquier tipo de servicios: comparar precios. No se cotejan posibles ofertas. Ocho de cada diez contratos registrados por la Generalitat en 2018 son adjudicaciones directas previa consulta a una empresa registrada. Desde que la izquierda se situó al frente de las consellerias y empresas valencianas, la contratación directa no ha disminuido, ni mucho menos.

El total de contratos menores de 5.000 euros durante el año 2018 alcanzan los 15.709, una práctica que impide cualquier tipo de control previo por parte de los mecanismos que velan por las buenas prácticas de Gobierno. Las adjudicaciones directas sin otras empresas competidoras fueron 19.154, una cantidad notablemente superior a los 2.392 registrados en 2015, cuando los contratos de menor cuantía no aparecían reflejados en las cuentas de la Junta Superior. Pero eso no justifica todo el incremento. Si se restan esos encargos inferiores a 5.000 euros, esos que no había imperativo legal de reflejar tres años antes, la cifra que se obtiene en 2018 es de 3.445 adjudicaciones por obras y servicios con un coste entre 5.000 y 18.000 euros, la cifra tope de los contratos menores, un modo de adjudicación que exonera de concursos públicos. La contratación a dedo durante el Botánico, sin buscar presupuestos alternativos, no se reduce, sino que se ha incrementado en un 44%, sin excusas. Pasan de 2.392 a 3.445 en tres años, al margen de esos contratos menores de cuantías inferiores a 5.000 euros que luego afloraron masivamente por imperativo legal.

Si se observa por separado la gestión del Gobierno valenciano y de su sector público (empresas, instituciones, fundaciones, institutos y agencias de la Generalitat), se comprueba que las consellerias, mucho más tuteladas y controladas a través de diferentes fórmulas de fiscalización previa y posterior, registran un porcentaje menor de adjudicaciones directas que las empresas y entes autonómicos.

De los 14.363 contratos registrados en 2018 por firmas como Vaersa, FGV, IVAM… 12.333 son directos sin hacer una consulta previa más que a una empresa. El 84% del total. La situación en el sector público es peor que en las consellerias, donde el contrato a dedo sin ofertas alternativas fueron casi el 72%. Aunque también depende de dónde.

Las circunstancias de cada conselleria, sus necesidades y peculiaridades, sumadas a unos modos de gestión heterogéneos en función de quién está al frente de cada departamento, suponen que el uso de la contratación a dedo varía mucho en el Consell.Economía es la que registra menos adjudicaciones directas previa consulta a una sola empresa. La de Sanidad es la que lidera de manera muy destacada ese ránking. En cualquier caso, lo que llama mucho la atención es la gestión que se realiza desde Presidencia.

El área que dirige el jefe del Consell, Ximo Puig, registró en 2018 casi un millar de contratos, de los cuales 931 se ejecutaron previa consulta a una sola empresa, el 94% de todas las adjudicaciones, un porcentaje elevadísimo y muy diferenciado del resto de negociados del Ejecutivo valenciano. El siguiente que más contratos a dedo registró, sin ofertas alternativas, fue Sanidad, el 76% del total. En Presidencia se realizaron 21 contrataciones abiertas, las de mayor valor (66,7 millones de euros), así como otras cuatro por procedimiento abierto simplificado. Al otro lado se sitúan las adjudicaciones directas, la inmensa mayoría previa consulta a una sola empresa. Las que se registraron tras pedir presupuestos a varios posibles adjudicatarios sumaron apenas una docena a lo largo de todo el año, y ahí se incluyen los acuerdos marco rubricados con varios empresarios y los negociados sin publicidad, a los cuales la concurrencia tampoco es libre.

Realizar una consulta a varias empresas antes de hacer el encargo a dedo es el mínimo consuelo que reclaman los interventores de la Administración cuando comprueban las cuentas públicas y tienen que darles el visto bueno. Es un modo de disculpar una práctica, la de hacer contratos sin concurso público, que busca agilizar la gestión y que los altos cargos consideran inevitable. Sin embargo, dentro de esa adjudicación directa, a dedo, hay grados de discrecionalidad. Hacer el encargo sin pedir ofertas alternativas es, obviamente, el modo más arbitrario. La adjudicación directa previa consulta a varias empresas se ha reducido drásticamente desde 2015 mientras crece los encargos previa consulta a una empresa. Desde el último año en que los partidos del Botánico y el PP compartieron la gestión de la Generalitat, el número de encargos directos tras consultar a varias empresas se ha reducido a la mitad: de 4.555 en 2015 a 2.227 en 2018. Lo de pedir presupuestos se está convirtiendo en una práctica en desuso.

La Ley de Contratos del Sector Público (LCSP) que entró en vigor en marzo de 2018 ha provocado que afloren miles de adjudicaciones que la Generalitat hace cada año. La Generalitat tramita un contrato sin concurso público cada 24 minutos. De los 24.000 contratos registrados, unos 1.700 son abiertos (150 de ellos por procedimiento simplificado). Para 2.200 encargos directos se consultó a varias empresas y, por tanto, se estudiaron distintos presupuestos, a los que se suman casi medio millar basados en un acuerdo marco celebrado con varios potenciales contratistas. De este modo, cerca de 19.000 se concedieron siguiendo el buen (o mal) criterio de gestores públicos que no solicitaron alternativas a las ofertas realizadas por una sola empresa. Las adjudicaciones a través de concurso se incrementan, tanto el número como el valor de los contratos, sí, pero el dedazo no se frena.

fuente: Las Provincias

Recortes Prensa

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